Alimentación a partir de los 6 meses

Hola familia¡¡

A continuacion les comparto una serie de orientaciones para una alimentación complementaria saludable en los bebés a partir de los 6 meses de edad.

Aunque a esa edad la leche materna sigue siendo una fuente de nutrientes necesaria para los bebés, es insuficiente. Es necesario suplir nuevas necesidades alimentarias así como estimular los brotes dentarios con alimentos sólidos (blandos).

Se recomienda que estos alimentos se les ofrezcan al bebé entre sesiones de lactancia o luego de que lo hayan amamantado. Todo esto para continuar proporcionándole todos los nutrientes de la lactancia materna lo máximo posible.

Igualmente es muy preciso mantener la inocuidad de los alimentos realizando un adecuado lavado de los mismos. Que sean alimentos orgánicos preferiblemente y frescos. A esa edad los bebés gatean y se llevan a la boca todo lo que tienen al alcance por lo que es importante mantener la higiene de sus manos así como de sus juguetes y de todo lo que manipulan. De esta forma evitan las enfermedades digestivas y parasitarias.

A los 6 meses los bebés están aprendiendo a masticar por lo que los alimentos deben ser blandos, en forma de puré o papillas con la consistencia adecuada para que le aporten los nutrientes que necesitan y les sean fáciles de tragar. También frutas y verduras bien trituradas. ¡Hagamos que cada bocado cuente¡

Las cantidades de alimentos a ofrecer son importantes pues la capacidad de su estómago es pequeña y si a ello se le suma que incorporan la leche materna y/o artificial (fórmulas lácteas), posiblemente con 2 o 3 cucharadas de comida, dos veces al día será suficiente. A medida que vaya creciendo podrá comer más cantidad en cada comida y con menos frecuencia pues lo mantendrá lleno por más tiempo.

Es normal que rechacen algunos alimentos, ten paciencia, no lo obligues a comer, dale tiempo para que se acostumbre a estos nuevos sabores. Te sugiero que comiences con un alimento y pasado 2 o 3 días cuando se haya acostumbrado al sabor y sepas que no le provoca alergia, cambia a otro. Por otra parte, si tu bebé rechaza un alimento nuevo o lo escupe, no insistas, puedes volver a intentarlo unos días después. También puedes probar mezclarlo con otro alimento que le guste.

La alimentación complementaria debe ser rica en nutrientes y proporcionarles energía. Esta etapa es ideal para modificar la alimentación de la familia. Aunque les iremos incorporando poco a poco los alimentos, ustedes serán el modelo que el bebé imitará y es fundamental que los vea comer y disfrutar los mismos alimentos que él come. Cada segundo que dediquen a la alimentación de sus hijos es una inversión en su bienestar y en su salud tanto para el presente como para toda su vida. Cada alimento que le den y la frecuencia en que lo hagan influirán en lo que comerá con placer durante toda su vida.

Los bebés que tienen Lactancia Materna Exclusiva (LME) hasta los 6 meses no necesitan que les den agua. Sin embargo, cuando empiezan a comer sólidos es importante que den a tomar varias veces al día, pues por si solos no son capaces de reconocer que tienen sed. Igualmente en climas cálidos la frecuencia con que se les ofrece agua debe ser mayor para mantenerlos bien hidratados.

La calidad del agua es fundamental. Pueden tomar la misma que toma el resto de la familia, siempre que sea agua potable o mineral sin gas, de los contrario es recomendable hervir el agua durante 5- 10 min luego que alcance el estado de ebullición. No deben darle refrescos gaseados ni de polvo, aguas saborizadas o jugos embotellados, café bebidas energéticas, mate u otras similares, éstas contienen altas concentraciones de cafeína y otras sustancias estimulantes del sistema nervioso central y pueden provocar irritabilidad y trastornos del sueño. Tampoco es recomendable, a pesar de la cultura en muchas regiones, ofrecer a los niños infusiones o té de plantas como la menta, verbena, albahaca, anís estrellado entre muchas otras plantas pues contienen principios activos con efectos tóxicos que pueden ser muy perjudiciales.

Una alimentación adecuada desde edades tempranas evitará además que los niños padezcan obesidad, el cual es uno de los mayores factores de riesgo para padecer enfermedades como: diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, incluso problemas emocionales.

Siempre y cuando el origen de los alimentos sea natural, desde que inicien la alimentación complementaria le pueden ofrecer varios alimentos preparados en casa. Al principio más elaborados y triturados, luego con grumos y alrededor de los 9 meses, más entero, cambiando también a medida que crezca la cantidad y la consistencia.

Las carnes contienen un nutriente que es fundamental para el desarrollo del bebé, tienen la mejor fuente de hierro. El hierro está en todas las carnes, principalmente en las rojas, en las vísceras de carne de vaca y aves, como hígado, riñón y corazón. También en la carne de cerdo, cordero, pollo o pescado. Se pueden cocinar hervidas, a la plancha, al horno o a la parrilla. Inicialmente, entre los 6 y los 9 meses, la cantidad mínima de carne que el bebé necesita es aproximadamente una cucharada colmada, dos cucharadas entre los 9 y los 12, y tres cucharadas colmadas entre los 12 y los 24.

Igualmente es importante que el bebé coma pescado de masa blanca desde el inicio, al menos una o dos veces por semana pues contienen grasas esenciales para el desarrollo del cerebro. No se recomienda el consumo de mariscos y otros pescados por el alto riesgo de alergias.

Los huevos son alimentos muy nutritivos. Su yema es muy rica en hierro. A los 8 meses ya pueden incluir la yema picada bien pequeña o mezclada con otros alimentos y a los 12 meses ya se puede incorporar completo formando parte de las recetas de la familia.

Las legumbres frijoles (porotos) negros, colorados, lentejas, garbanzos, arvejas, también son ricas en hierro. Las pueden incluir desde los 6 meses, pero al comienzo deberán estar bien cocidas y pisadas, no se recomienda licuarlas ni procesarlas. Las lentejas peladas son una buena opción para el inicio. A los 8 o 9 meses se pueden dar enteras, bien cocidas.

Independientemente de los aportes en la dieta las necesidades de hierro del bebé son muy altas y en ocasiones no alcanza con el que estos aportan, por lo que puede ser necesaria la incorporación de suplementos de hierro. En las consultas de seguimiento la/el pediatra determinará si el bebé lo necesita y cuál es el suplemento más adecuado.

Las verduras y frutas de diferentes colores, y en lo posible frescas, deben estar presentes en cada comida, pues contienen aportes fundamentales de vitaminas, minerales, sustancias antioxidantes y fibras que favorecen un crecimiento saludable pues producen saciedad, controlan el apetito y ayudan a no aumentar de peso en forma excesiva. Además, son probióticos que facilitan el crecimiento de la microflora intestinal que fortalece el sistema inmunitario y protege de enfermedades. Sin dudas son el mejor alimento como primeras comidas.

Les pueden dar al bebé cualquier verdura que esté cocida, sin cáscara y sin semillas: calabaza, zanahoria, tomate, acelga, espinaca, remolacha, berenjena, habas frescas, brócoli, coliflor, palta.

Elijan las frutas que estén disponibles según la estación: plátanos fruta, mango, naranja, mandarina, guayaba, ciruela, melón, sandía, manzana, pera, durazno, frutillas, kiwi. Todas son adecuadas, sin importar la edad. Primero en forma de puré suave, luego más grumoso y al poco tiempo en trocitos que el bebé pueda tomar con su propia mano, de esta forma también ayudamos al desarrollo de la motricidad.

La energía es importante en esta etapa del niño para crecer y desarrollarse adecuadamente. El arroz, pan, los fideos, las pastas, la avena, la papa, el boniato, la polenta, la sémola, el trigo y la quinoa son alimentos ricos en energía. Alguno de ellos tiene que estar presente en cada comida. También es importante agregar un poquito de aceite porque le dará las grasas que necesita y lo ayudará a sentir sensación de saciedad.

La harina de trigo, la avena, el centeno y la cebada contienen gluten el cual está vinculado a la enfermedad celíaca por los que se aconseja incorporarlo a los 8 meses.

Azúcar, solo la necesaria. Agregado a las comidas solo aporta calorías que favorecen el sobrepeso. Con los jugos de frutas envasados, azúcares de los refrescos, jugos artificiales, aguas saborizadas y bebidas para deportistas sucede que se absorben más rápido, elevan la glucosa en sangre rápidamente y no dan sensación de saciedad por lo que son más peligrosos. Estas bebidas no se les deben dar a los niños menores de 3 años, ni siquiera para probarlas. Lo único que precisan es agua o jugos de frutas naturales.

Las calorías también son necesarias pero debemos saber cómo las podemos incorporar a la dieta de nuestros niños y familia. En otra entrada les compartiré sobre algunas recetas fáciles y deliciosas que les pueden hacer a los bebés en casa.

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